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Todos formamos parte de una Familia (Sistema Primario)
y estamos vinculados a ella por profundos, y a veces desconocidos,
lazos de amor y lealtad. Cada núcleo familiar se rige
por una conciencia común de pertenencia
que une a cada uno de sus integrantes, preocupándose por los derechos de cada uno y procurando que nadie sea excluido ya que si algún miembro de la familia (madre, padre, hij@s, herman@s,
abuel@s, tí@s, prim@s, niet@s, parientes políticos, otr@s) es olvidado y menospreciado se manifiestan determinados desórdenes en el sistema.
Desórdenes sustentados en identificaciones e implicaciones sistémicas inconcientes (mandatos, lealtades, pertenencia, amor ciego, exclusión, vínculos rotos, etc.) o por transmisión
transgeneracional de nuestros ancestros (padres, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos hasta inclusive la 7º generación) de actitudes, expresiones, emociones, mandatos, lealtades o tendencias
que provocan desequilibrios y problemas que no logramos resolver concientemente.
La Constelación Familiar permite identificar el origen de esos desórdenes
y revelar los enredos inconcientes que los constituyen. Aplicando los Ordenes del Amor, los vínculos pueden reestablecerse y sanarse. |
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Los Ordenes del Amor según Bert Hellinger, describen las leyes que accionan en las relaciones humanas para asegurar la supervivencia del sistema.
Estas leyes son: el derecho a pertenecer, el equilibrio entre dar y tomar y el orden de llegada en la familia. La familia como sistema es un conjunto de diferentes miembros que ocupan un lugar espacial determinado. Cuando alguien del sistema es negado o excluido, el sistema familiar compensa para incluir al rechazado e incluso involucra a otros miembros de la familia que no tienen relación directa con el excluido. Cuando todos son incluidos en la familia, el orden se reestablece y el amor entre todos los miembros puede fluir. Bert Hellinger dice que "el orden viene primero y luego el amor" |
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